PREGÓN
FERIA DE GUARO
2016
Agosto
- 2016
EL SR. ALCALDE PRESENTA AL PREGONERO
¡Buenas noches!
El Pregonero de este año
necesita poca presentación. Es de sobra conocido en nuestro pueblo, su pueblo,
porque siempre se sintió orgulloso de ser de Guaro. Por donde quiera que estuvo
siempre llevó como bandera ser guareño, y así, con este apelativo, lo conocen.
Presume de que en él no se cumple el dicho: “¿De dónde es usted? – ¡De donde es
mi mujer!”, porque a pesar de estar casado en Cártama y con residencia en
Málaga, siempre se ha sentido, y sigue sintiéndose, guareño de raíces
profundas. No en vano, mantiene un grupo en Facebook titulado Amistad y sabiduría con Pepe Curro Guareño.
José Gómez Ocón, Pepe Curro, es hijo de Juan el de la Puente,
antiguo alcalde de Guaro, conocido también por el Alcalde viejo; y de
Encarnación, la Curro, camarera hasta
su muerte de la Virgen del Carmen. Sus hermanos, Paco y Remedios la Curro,
hijos también de nuestro pueblo, fueron maestros que impartieron sus clases en
Guaro. Muchos de vosotros fuisteis alumnos suyos…
Pepe es persona de buena cuna
y siempre se sintió solidario, humilde y humano, amigo de todos sin excepción,
sin distinguir clases. De creencias religiosas cristianas, gracias a sus padres
que se la inculcaron desde pequeño y a los colegios donde fue educado. Pepe es
un padre de familia más, trabajador y responsable, como cualquiera de vosotros.
Sensible, de convicciones firmes, alegre y divertido. Y estas son, según Pepe,
sus mejores señas de identidad, las
únicas credenciales relevantes de su currículum. (No me ha consentido
apuntar nada más).
El
pregón que vais a oír está lleno de sentimientos. Cuando me lo presentó, una
vez leído, me gustó
cómo describe y relata sus vivencias, y sus emociones contenidas, lleno de
mensajes que seguro serán de nuestro agrado.
No quiero extenderme más, hoy
no es mi, sino el tuyo, pero aprovecho este momento para decirte que pongas
todo el corazón en dictar tu pregón
sentido. Espero que abra las puertas de las emociones de aquellos con los
que compartiste vivencias y risas las pequeñas historias de nuestro pueblo.
Pepe Curro, ¡felicidades! Ahora la palabra es
tuya.
PREGÓN
FERIA DE GUARO 25 DE AGOSTO DE 2016
Sr. alcalde. Sres. miembros
de la Corporación Municipal, autoridades, amigos visitantes, guareños y guareñas:
Buenas noches.
Cuando el Sr. alcalde,
Noé Oña, me comunicó que la Comisión de festejos había acordado que fuese yo el
pregonero de la Feria de Guaro del 2016, la verdad es que me quedé sorprendido,
para acto seguido, sin dudarlo un momento, aceptar tan alto honor. Quiero agradecer
al Sr. alcalde y a su Equipo de gobierno, la oportunidad que me brindan de ser
el pregonero de esta maravillosa feria de Guaro. Agradecerle no solo esta
oportunidad, sino el honor de incorporarme a esos guareños que fueron
pregoneros de esta feria y a quienes deseo manifestar mi más profundo
reconocimiento. Ellos supieron, con acierto, nostalgia, maestría y buen humor alabar
a nuestra Feria y a nuestro pueblo.
¿Qué digo yo que no hayan dicho ya los
pregoneros que me precedieron? ¿Y
después de toda la Historia de Guaro, tan bien contada por nuestro insigne
historiador y paisano José Naranjo, Pepe el
Ditero? Tras esto, solo se me ha ocurrido hacer tres cantos: El primero a
Guaro y su Feria. El segundo a sus gentes y honor a sus apodos. Y el tercero a
sus mujeres.
Una voz dentro de mi
corazón me fue dictando todos aquellos recuerdos y vivencias de los años que
pasé en nuestro querido y siempre añorado Guaro. Así espero que, al igual que
yo, podáis rememorar con cariño aquellos viejos tiempos.
Soy consciente de que
descuido los hechos más relevantes de la historia de Guaro, pero han pasado
algunas décadas, y mi estancia en el pueblo, contando parte de mi niñez y
juventud, se centra en las anécdotas de los casi 23 años que compartí con
vosotros.
Este Pregón es un
homenaje a todas las personas, antepasadas y presentes, de nuestro querido
pueblo, que en ese momento vinieron a mi mente. Muchas no aparecerán, descuidos
de mi memoria caprichosa, pero no es mi intención omitir a nadie. Otro detalle:
el relato de mis recuerdos no guarda orden cronológico. Según fueron emanando
mis recuerdos, así los fui escribiendo.
Espero y deseo que sea
de vuestro agrado. Este humilde Pregón lo he redactado con toda la ilusión y
cariño que pude poner en el empeño, por eso os hago llegar con un ¡VIVA GUARO!,
el pueblo que nos ha visto nacer y crecer por sus calles blancas, empedradas y
empinadas de las que tan grato recuerdo guardamos todos.
Y, aquí me tenéis.
1. CANTO
A GUARO Y SU FERIA
En litoral malagueño -
llamado Costa del Sol - al pie de la Sierra Blanca - se extiende tu población.
Villa de Guaro te
llamas - de remota fundación - donde el moro dejó en ella - vestigios de su
esplendor.
Después de mora,
cristiana - cuando el cristiano tomó - a san Sebastián Patrono - nombraron tu
protector.
Tus aires puros y
tibios - y tu renombrado sol - es lo que caracteriza - a este andaluz rincón.
Los aromas de tu sierra
- y de azahares su olor - te convierten en delicia - de aquel que te visitó.
En primavera tus campos
- con sus almendros en flor - es elogio de turistas - de belleza y admiración.
Olivos de recios
troncos - plantados desde hace siglos - cubren sus campos de verde - de esta
tierra en que nacimos.
Y desde la Cruz del
Puerto - Cristo contempla la Villa - a la que guarda y protege - por la fe de
sus familias.
En este suelo que
veneramos - todos tus hijos hoy con ardor - te elogiamos y te cantamos -con
nuestras voces de amor.
1.1 LA FERIA DE GUARO
Después de este canto a
Guaro, ¿qué cuento yo de su Feria que no lo hayan hecho los que me
precedieron? Para evitar repeticiones
que todos conocéis, y que nos llevaría tiempo, solo voy a recordar algunas
anécdotas ocurridas en la del año 1962, aquella feria en la que tuve el honor
de hacer su presentación y formar parte de la Junta de Festejos, (mi
agradecimiento a D. Ángel San Linos por sus consejos y colaboración). Aquella
feria que con una asignación de 25.000,00 pesetas (150,00 €), un presupuesto muy ajustado, sin lugar a dudas,
pero hay que tener en cuenta que el presupuesto municipal del municipio era de
363.794,01 pesetas (2.186,00 €). No contábamos con un céntimo de más. Aun así, se consiguió hacerla
alegre, sencilla y divertida, con muchos niños, jóvenes y adultos todos
luciendo sus mejores galas.
Días antes del comienzo de la feria
los vecinos blanqueaban las fachadas de sus casas. Y siguiendo la costumbre, todas las mañanas los
mismos vecinos barrían, con escoba y escobones de casa, el trozo de calle en
torno a sus puertas, recogiendo los cagajones, cagarrutas y plastas de vacas,
que los animales depositaban a su paso. Eran tiempos muy difíciles, pero la
higiene y limpieza se cuidaban mucho.
Por las mañanas, nos
despertábamos al toque de Diana floreada, interpretada por la Banda de Música
de Alozaina, que nos deleitaba con alegres pasacalles, y con los disparos de
cohetes. Se sumaba al estruendo una cabalgata de gigantes y cabezudos que recorría
algunas calles del pueblo, acompañada por el griterío y alegría
manifiesta de todos los chiquillos, y jóvenes.
Por las noches, en la Plaza, sobre
una tribuna o tablao construido con vigas y otros artilugios, entre los
quioscos de mi tío Kilio y Juan el Cojo Pavero, varios músicos de la
Banda formaban una orquesta, que con un repertorio muy variado y escogido
amenizaban la fiesta. No me olvido
de Antonio, ni de Diego, ni de Jorge, hermanos de la mujer de Paco el Ditero, que igual que ella eran guapos, bien parecidos,
simpáticos y buenos profesionales.
Al son del compás de la música, se bailaban
todos los estilos, siendo el rey de ellos el pasodoble. Sin olvidar el baile de
la patata en que las parejas participantes la sujetaban apoyando entre sus
frentes. Ganaba quien conseguía mantenerla. Era una gran verbena.
Perdonad, pero no puedo evitar, antes
de continuar, el recuerdo que desde este balcón viene a mi memoria. Como si
fuera ayer, veo el quiosco del Cojo el
Pavero, a quien reapodé como El
Kremlin, por las conversaciones sobre política que allí manteníamos. Por
aquel entonces, este tipo de charlas estaban prohibidas y perseguidas. Y el
quiosco de mi tío Frasquito, el Kilio,
donde me refugiaba muchas veces huyendo de algún castigo por alguna, de tantas,
travesuras cometidas. Permanecía escondido en él hasta que me ponía muy pesado.
Entonces mi tío me decía: “Lee lo que dice en esa caja”. Yo, inocentemente,
leía en voz alta: “Haga frío o calor la lechera es siempre la mejor”. Acto
seguido me reprendía: “Me cago en la madre que te parió...” Y a poner pies en Polvorosa,
no sin antes evitar irme a mi casa donde mi madre me esperaba para darme una
paliza con la alpargata que me dejaba marcada la marca Ardilla y el número 35;
menos mal que era solo el número 35, que, si no, me deja marcada la tabla de
multiplicar. ¡Qué bueno debía ser para merecerme estos castigos! Lo mejor de
todo era el sueño que me entraba y lo relajado que me dejaba después de la “tunda”.
Recuerdo también que mi
tío Fernando Chocholoco. en el puesto
que montaba, colocaba un tablero con barras de turrón, y quien acertaba
mediante el lanzamiento de monedas ganaba una. ¡Qué difícil era! ¡Qué listo era
mi tío Fernando!
Continúo desde otra
tribuna especial, vamos a llamarla de honor, situada en el muro que limita la
plaza con las casas de Coscón, Juan Pascual y La Manga, y un anfiteatro en el muro delante de las casas de Millán y el Rechino. En esos lugares muchas mujeres, bajando del Cerrillo, La
Torre, La Sierra, Castillejos y tantas otras, tomaban asiento, se acomodaban
para presenciar los actos de la feria, montaban su taller de corte y confección
donde iban cortando los trajes de todas las medidas y comentaban, con todo lujo
de detalles, los atuendos de los feriantes y veían bailar las parejas, bien
separaditas. Que corriera el aire, de lo contrario el cura (nuestro alguacil
moral) nos mandaba a rezar 7 Padrenuestros, un Ave María y no sé cuántos
Glorias.
Cambiando de sintonía, gracias a Ana
Puga que me lo recordó, voy a relataros una historia verídica. Muchos recordarán que
siempre se contrataba a la Banda de Música de Alozaina para que viniesen a
tocar a la Feria, y que era costumbre asignar a cada componente de la misma a
una casa, para que le diesen de comer durante los días que duraba el festejo.
Como vengo repitiendo: el presupuesto municipal era muy justito.
Pues bien, a casa de
mis padres llegó una bellísima persona y buen profesional, de nombre Alfonso.
Pocos días antes, mi padre había sacrificado una guarra pequeña, a la que
habíamos puesto la Tonta, debido a un
defecto que tenía que le obligaba a llevar la cabeza ladeada. Se sometió a la
inspección veterinaria para su análisis correspondiente y proceder a su
consumo. Pero, como en todas las casas se cruzan afectos con manías, la de mis
padres no iba a ser una excepción. Algunos de nosotros, por consideraciones con
el animal, decidimos no probar bocado de la matanza. Sin embargo, no eran
tiempos de dispendio y había que comerse como fuera aquellos productos. Mi
madre, que cocinaba muy bien, pensó que aquellas carnes se tenían que consumir
fuera como fuera. Por aquel entonces no existían los frigoríficos. Aprovechando
la ocasión, colmó de sobreatenciones al invitado y todos los días desde el
desayuno hasta la cena, servía a Alfonso unas opíparas comidas, de tal calado,
que, una vez finalizada la feria, este buen hombre contaba a sus amigos: ¡Qué
suerte había tenido con la familia que le habían asignado, lo bien que era
atendido y, sobre todo, lo bien que comía! El caso es que, sin considerar el
pesar de algunos de nosotros, a lo tonto a lo tonto, Alfonso se jamó a la Tonta…
Y para terminar con este canto a la Feria, os quiero hacer un último comentario. Muchos recordaréis
que, en el Guaro de aquel entonces, para ser reina de la Feria había que estar
emparentada con alguna de las familias del alcalde, concejales, autoridades o
familias pudientes, como les llamábamos. Yo quise romper con esa tradición tan
poco democrática, a sabiendas que a algunos no les iba a gustar. Me iban a dar
la del pulpo pero afronté la idea y opté por elegir a una niña guapísima y
elegante que vivía en el Castillejos. No pertenecía a las familias pudientes, pero era guapa de justicia y se lo merecía.
Finalmente se proclamó Reina de la Feria de Guaro del año 1962 a Anita la Justa.
¿A que acerté ,verdad? Años después volvieron a las andadas… y a seguir con la
tradición del poder.
2. CANTO
A SUS GENTES Y HONOR A SUS APODOS
Quiero recordar a
personas que de una u otra forma dejaron huella en mi vida, y a todas las
nombraré con el nombre o apodo con el que eran conocidas. Pero esto no es óbice
para que dentro de alguna celda de mi cerebro, y sobre todo en mi corazón,
todas aquellas personas que no se vean reflejadas en este pregón, sí tienen su sitio, y cada vez que alguna
de ellas venga a mi memoria tendrán su lugar privilegiado y los recordaré con
cariño.
MIS PADRES Juan el
de la Puente y Encarnación la Curro,
mis hermanos Paco y Remedios, que con tanto orgullo llevaron siempre el haber
sido Maestros de su pueblo.
MI MUJER PEPITA, quien, aunque cartameña de nacimiento, se
siente guareña de sentimiento, gracias por ser el faro que siempre me ha guiado
a buen puerto. Mis hijos por ser el motor de mi vida.
MI FAMILIA, PATERNA Y MATERNA. A mi tío José por los
panales de miel que me daba. A mi primo Antonio el Correo por ser el compañero que
me acompañó en las diabluras y travesuras. Éramos dos buenos elementos.
MIS MAESTROS, D. Joaquín Puga Juárez, D. Mariano Ortega
López y D. Ignacio Viscarret Seminario, más conocido por el Etcétera.
JUAN EL DE LA CAYO.
ISABELITA LA CAYO, ANITA LA TERESA, MARÍA MANCILLA, ANTONIA LA RUBIA LA PEPETA Y ROSITA. Jamás las olvidaré.
FRASQUITO EL PRACTICANTE.
Su
nombre quedará grabado en los anales de la historia de nuestro pueblo.
MIGUEL CASCARILLA. Recuerdo, cuando,
armado de una faca, procedía a la matanza de algún que otro cerdo.
ANDRÉS MEDINA. Al primo Andrés Medina, como lo llamaba mi
padre. Vaya mi agradecimiento así como a su mujer, por lo bien que me recibían
cada vez que iba a visitarlos a su casa en Algeciras.
SEBASTIAN CACITO.
Nunca
olvidaré a este buen hombre que hacía viajes, casi a diario, desde Alhaurín el
Grande a Algeciras, y que en más de una ocasión aprovechaba para venirme con él
para disfrutar de algún permiso. Y, sobre todo, un día en que la hambruna
apretaba, al llegar a la Butibamba me dijo: “ Vamos a llenar las alforjas”.
Para acto seguido invitarme a un buen plato de huevos fritos, con lomo y
patatas fritas.
SALVARITO EL PIMENTON. Que a sabiendas que mi
padre le podía llamar la atención, como sabía que me gustaba correr al caballo,
me cogía y montados los dos emprendíamos alguna que otra carrera.
ANTONIO EL PANCHO el inigualable,
irrepetible y sin par Pancho.
¡Cuántos días pasamos junto a él en la salita donde tenía la barbería!!;
Bartolo el de la Mondeña, Pedrito el de María Engracia, Miguelito Vidales,
José el Larito, José el Sacristán, Dominguito el del
Cine, Pedrito el Cabezón, y
tantos y tantos amigos. Charlábamos, contábamos historias, nos gastábamos
bromas, nos reíamos, y poco a poco nos fuimos formando como hombres.
PEDRO BOTIJA y las trilleras que
cantaba: “A la mujer la comparo – lo mismo que la cerveza – que si le quitas el
tapón – se le va la fortaleza.”
JUAN EL NAVEO . SALVARITO
EL CHAVARRÍO. PEDRO EL TABLETO. JUAN EL TONTO. PEPE FUELLE .PACO
EL TONTO. ANDRÉS EL DE JOSEFA FLORES. PEPE EL PELUSO, a quien le tenía y
tengo un gran aprecio, así como a su madre y a su hermana Ana. FRASQUITA LA MALUCA. SALVARITO EL BOMBO.
PACO EL LIEBRO .EL MÚO DE LA ZORRITA.
Mi recuerdo y
reconocimiento a aquellos hombres que supieron llevar con orgullo el ser guareños
y dar ejemplo en los trabajos que realizaron con esfuerzos y conocimientos en
todos los que acometieron:
Albañiles, barberos,
barrenderos, camareros, carpinteros, economistas, maestros, médicos, obreros
del campo y la construcción, pintores, policías, panaderos, practicantes,
sacerdotes, taxistas, tenderos. Hombres que se distinguieron por la forma de
hablar y siempre mantuvieron el deje guareño. Todos merecen ser recordados, sin
excepción alguna, porque todos fueron los mejores embajadores de nuestro
pueblo.
Mi saludo y recuerdo a
todos los guareños que por encontrarse ausentes no pueden acompañarnos y
disfrutar de estas fiestas. Saludo extensivo también a todos los que no
habiendo nacido aquí, supieron elegir este pueblo para vivir, disfrutar de sus
gentes, y adaptarse a nuestras tradiciones y costumbres.
2.1 HONOR A SUS APODOS
Tengo 473 registros,
entre familias y apodos, sería interminable enumerarlos todos. Por eso, me he
permitido hacer un resumen, para que de alguna forma se vean reflejados la
mayoría de ellos, no sin antes hacer un comentario.
En nuestro pueblo es
costumbre llamarnos por nuestros apodos. Por tanto, me vais a permitir que me
dirija a todos vosotros y vosotras, usando estos motes, no sin antes hacer una
breve introducción.
En Guaro –como en
cualquier pueblo-, todos tenemos uno, a veces nos gusta, a veces no. Yo estoy
muy orgulloso de los míos. A otros les sucede que su apodo pasa a ser el nombre
por el que todos los conocen. Sabemos que para algunos el apodo forma parte de
nuestra identidad.
Con suerte nos podemos
sentir honrados de los motes que heredamos. Estoy seguro de que nuestros
antepasados nos estarán esperando con los brazos muy abiertos, contentos de lo
orgullosos que asumimos nuestros apodos y motes, a veces como “nuevos
apellidos” y en otras como “sobrenombres
afectivos”.
Los apodos de este
pueblo - todos muy bonitos son, - empezaremos con música - que es lo bueno y lo
mejor, - para alegrarnos un poco - cuando estemos en reunión.
Tenemos el papachín
- y el tambor para tocar,- y para entonar canciones - la
tarara y la lalá.
Habitan en este pueblo
- una buena autoridad, - que con los mismos apodos - se nombran en realidad.
Hay curas,
obispos y frailes, - conde, sargento, quintos y capitán, - con el brigada,
coronel y el civil - termina la autoridad.
En colores por sus
caras - y también por sus cabellos, - hay negros, castañas, rubios, canas,- y
un buen número de morenos.
Animales también hay -
no muy pocos y bonitos, - corderos, liebres, conejos, - gato montés
y pajaritos,
- garduñas, bichas, ratones, - zorras, monos y otros bichos.
La pajarita, el
rucho y el cuco, - el águila, el chivero y la gorrina,
- y con la culebra señores - los animales terminan.
Utensilios de cocina -
hay un número chiquito, - paleta, tenaza, sartena y cacito.
Y se me viene a la mente - en ocasiones oportunas, - que hay pimentón
y comino - y también matalahúga.
Antes de seguir
adelante - dejándonos motes lindos,- mencionaremos las flores - que son apodos
bonitos. - Celestina, romero, rosa - Clavelito y lirio, - y
sin olvidar al célebre capullito.
En armas de fuego hay
muy pocas, - solo dos, - tirabala es el primero - y el
segundo es el cañón.
Hay también en los
apodos - gallardos nombres bonitos, - guapas, feos, grandes, duendes, -
chatos y pulidos, - manogorda, la bendita, - patasgorda
y el bonito, - a quién le dicen la franca - napoleón
y el porrino.
Hay apodos de verano -
que es la nieve por ejemplo, - y también la calentita - que es un
apodo de invierno.
A quien le dicen los pinchos,
- chocholoco,
chochoarroba y romana, - el portalo y la hormiguita,
- cara
sucia y la toscana.
También hay la zapatera
- y a quien le llaman botija, - a quien le apodan montana,
- la rita
y la chavarría.
A quien le dicen rechinos
- que es más que chino, yo pienso, - el
caracol
y la cubana, - la coineña y el condeso.
Sigue después la marrueca
- con el jilo y el rajao, - el jilaó y el
roío, - y también el remendao.
El palmero y la bernala,
- la parchanta y el correo, - la gamanza, la juandoña,
- el caoba y el naveo.
También hay la confitera,
- la pepeta
y la carpina,
- el garduño
y la paleta,
- el orejón
y la porrina.
El pimpollo y la cascarilla,
- el quico
y el cabezón,
- la boega
y la mellá, - los ramiles, kilio y el coscón.
También está la pantisca,
- la teresa,
la mondeña y el dientíto, - la morala, la paría,
- la rarra,
aúco
y el pijo.
Debemos sentirnos
orgullosos - Sin olvidar un instante – que tenemos un hospital - con cirujano, médico y practicante.
Y quedan por clasificar
- faltándome una “mijilla”, - azucho, berlanga, cagalina, - costanzo,
duende, pestañita, - marza, pantisco, justa, turrilla, - papela,
sabere, suave y tanita.
Y si alguien toma como
ofensa - verse en estos cuatro versos, - piense que no es deshonroso - tener
apodos, que en nada menguan, - el honor y valor de su dueño.
3. CANTO
A LA MUJER GUAREÑA
También, tenemos que
recordar a la mujer, a la abnegada mujer, al ejemplo de mujeres que dieron todo
por nosotros aportando bienestar y progreso a nuestro pueblo; mujeres fieles y
honradas esposas, amantes madres que son orgullo sin igual en los valores de
este pueblo que tanto queremos. Mujeres del pasado, abuelas y madres que hoy
son el ejemplo a seguir por las actuales guareñas. Mujeres humildes y sencillas
vistiendo su delantal y vestidos oscuros, su pelo bien peinado recogido en un
moño, cargando sobre su cuadril el cántaro y en la mano el botijo. Mujeres que
zurcían y remendaban. Calladas, laboriosas y sufridoras, entregadas a las
labores de la casa, y todas infatigables colaboradoras de la familia: en las
faenas del campo, cogiendo almendras bajo un sol abrasador y de justicia, o
padeciendo fríos y bajas temperaturas en la campaña de la aceituna; y que para
aliviar el frío y evitar la congelación de las extremidades procedían con
inusual diligencia a hacer fogatas donde poder calentarse. Incluso, se
desplazaban con toda su familia a otras provincias en busca de un trabajo mejor
remunerado. Y las más jóvenes, las que sacrificaban su formación y juventud
trabajando para ayudar a la familia y ahorrar unos cuartos para poder comprarse
el vestido y zapatos para la Feria. Mujeres que no conocieron el desánimo, que
evolucionaron y adaptaron a los tiempos que les tocó vivir, que nunca se dieron
por vencidas consiguiendo todos sus propósitos con trabajo, firmeza y
constancia, porque siempre lo demostraron y porque así fueron y son las mujeres
de Guaro.
Algunas de aquellas
mujeres que además de estar entregadas a las labores del hogar, sacaban tiempo
para divertirse con el fin de mantener las tradiciones de su pueblo. Cantaban y
bailaban los fandangos, conocidos en Guaro por “chacarral”, acompañadas al
compás de la guitarra que mi abuela Remedios Chocholoco les tocaba.
Va por ellas.
Guaro se llama mi
pueblo - cuna del fandango viejo - que con alegría bailamos - conocido por
guareño.
Y tú, barrio del
Cerrillo - te puedes sentir orgulloso - pues en ti nacieron hembras - que
hicieron al fandango famoso.
María Vidales, tú
fuiste - bailaora de solera - brincando cual cabritillo - al son de las
castañuelas.
También bailó el
fandango - de ese tiempo que declina - La
Lázara, La Alita - y Dolores la Colina.
Aunque no os conocimos
- sabemos por referencia - que fuisteis unas bailaoras - de postín y de
bandera.
Os recordamos a todas -
hoy que lo antiguo está de moda - con gratitud y homenaje - y os tenemos en la
memoria.
Con desenvoltura y
gracia - fuisteis las reinas del baile - y la primera de todas - fuiste tú,
María Vidales.
Ya que he mencionado la
guitarra, os voy a contar el final bélico que tuvo. Mi abuela la guardaba como
oro en paño, imaginaros lo que era tener una. Pues bien, mi tío Antonio el Correo, que por aquellos entonces no
tendría más de 5 o 6 años, un día que estaba discutiendo con otro niño no tuvo
otra idea que ponerle la guitarra de corbata. Y a correr, que me calientan el
culo.
A las amigas de mi
juventud: Manola la Porra, la niña de
Carmen Mesa, Juanita la Juandoña, Ana la Pintora, Anita la Caraca,
mi prima Remedios la Manta al Hombro,
Anita Carretero, María la Aúco,
Dolores la Peseta, Ana la Ramírez, Ana la Sartena, Isabel la del
Roío, Anita la del Río, Mari Luz y tantas y tantas que sería interminable
nombrarlas a todas. Y nunca olvidaré aquella chiquilla tan guapa que mereció
ser la Reina de la Feria de Guaro del año 1962, Anita la Justa, que vivía en el Castillejo.
Y ya para terminar
quiero dedicar este CANTO DE AÑORANZA A MI PUEBLO Y SUS MUJERES:
Entre olivos y
almendrales - está situado mi pueblo - donde yacen mis troncales - y a los que
siempre recuerdo.
Guaro llevas por nombre
- y san Sebastián tu patrono - y no hay en el pueblo hombre - que no quiera
llevar tu trono.
Y tiene cosas preciosas
- solo se encuentran aquí - mujeres guapas y hermosas - bellas flores de abril.
Malagueñas y andaluzas
- guareñas de nacimiento – mujeres de gran bravura - con amor y sentimiento.
¡VIVA GUARO!
¡VIVA SU FERIA!
¡VIVAN TODOS LOS GUAREÑOS Y GUAREÑAS!
¡VIVA SAN SEBASTIAN SU PATRONO!
José Gómez Ocón
Pepe Curro – Guareño