Aquí podréis leer la historia y la intrahistoria de Guaro (Málaga), desde el Neolítico hasta el presente. El libro, como decía el Arcipreste de Hita, queda abierto a todo aquel que quiera colaborar con la historia de su pueblo. He abierto una vía de investigación que puede ser seguida y mejorada por aquellos historiadores locales que lo deseen. Por Guaro y para Guaro.
lunes, 30 de junio de 2014
viernes, 20 de junio de 2014
CENSOS ELECTORALES 1912-1927-1932
CENSOS ELECTORALES 1912- 1927 Y 1932
Censos de 1912 y 1927( Alfonso XIII y Primo de Rivera) con datos de varones mayores de 23 años.
Censo de 1932, II República, con datos de varones y mujeres mayores de 23 años.
Estos censos nos permite reconstruir los datos perdidos tras la quema del Archivo Parroquial. El Registro Civil de Guaro tiene datos a partir de 1873. En el censo del 12, vienen personas de avanzada edad que, lógicamente, no aparecen en el Registro Civil de Guaro. Es una forma de reconstruir nuestra población, aunque sea solo masculina o de cabezas de familia, cosas de aquella época en la que la mujer no votaba.
Seleciona el enlace .
martes, 17 de junio de 2014
CENSO ELECTORAL 1936
https://1drv.ms/b/s!Ai3o0AEJ9Ev2jBfB0pAtsS9IDIg4
CENSO ELECTORAL DE 1936
En este censo, aparecen hombres y mujeres con más de 23 años. Es muy interesante para localizar a nuestros padres, abuelos y parientes, sobre todo para aquellas personas que abandonaron el pueblo y perdieron el contacto. También, podemos ver la profesión de nuestros habitantes de 1936 (ya lo publiqué en la etapa republicana).
Son archivos de la Diputación de Málaga.
PINCHA EN EL ENLACE DE ARRIBA
jueves, 5 de junio de 2014
PREGÓN DE LA FERIA DE GUARO
23-8 2012
FRANCISCO OÑA
NAJARRO, COMANDANTE DE LA LEGIÓN ESPAÑOLA
Buenas noches, paisanos y
paisanas y a todos los que os acompañan.
Mis primeras palabras son
para expresar mi más sincero agradecimiento a la Corporación Municipal por
aceptar mi nombramiento como pregonero para la feria de este año, dándome la
oportunidad de recordar los primeros dieciochos años de mi vida en este
maravilloso Guaro.
Mi agradecimiento también
al amigo Pepe Naranjo por acordarse de mí para este acto. Nos conocemos desde
que era un chaval; coincidimos en el instituto de Martiricos de Málaga; iba
acompañado de su madre para el examen de ingreso de Bachillerato y yo me
examinaba de los dos primeros cursos. Entonces, yo era mayorcito, había nacido
mi hija y otro que estaba en camino. Yo continué en el instituto en clases
nocturnas hasta terminar el bachiller.
Y ya pasamos al tema del
día:
GUARO EN
LOS AÑOS CUARENTA
FERIA
COSTUMBRES
SOCIEDAD
LA FERIA
Su celebración: Era al final de septiembre coincidiendo con el día de
san Miguel, patrón de la iglesia.
Lugar : En la plaza y en dos calles adyacentes.
En el centro se colocaba un
gran poste para el enganche del alumbrado y farolillos. Se instalaba en un
lateral un entarimado para la banda de música, que venía de Alozaina ,y, en una
esquina, se montaba una pequeña noria (cuatro barquillas), era la única
atracción de la feria. La zona del centro quedaba reservada para el baile.
En las dos calles se
instalaban las casetas de tiro y otros entretenimientos, así como los puestos
de dulces.
Fuera de la plaza se
montaba una verbena, junto al cuartel de la Guardia Civil, donde luego se
construyó la casa del médico.
También se hacía baile en
casa de Rafaela o Vitoria. En la carretera se organizaba una carrera de cintas
para caballos.
SU DESARROLLO
Por la
mañana: Se iniciaba la feria con lanzamientos de cohetes y pasacalles, acompañado
de gigantes y cabezudos, terminando el recorrido en la plaza. Y, a partir de
entonces, la gente se dedica a charlar y a tomar su copita de vino o
aguardiente, que eran las bebidas más frecuentes de esa época.
Los
menores nos teníamos que contentar con una gaseosa fresquita, pirulines o helados
hechos por José Jare o Miguel “El Vinagrero”.
Por la
tarde: Se sale ya vestido con ropa de estreno, que había sido hecha por las
costureras de Guaro. A mi casa venía Isabel, la suegra de Pedro “El Carnicero”,
y nos hacía ropa a todos con tela que, anteriormente, había comprado mi madre a
Juan “El Catano”, que venía con su borriquita de Monda.
La
primera actuación era la carrera de cintas, cerca del cuartel. Había buenos jinetes:
Juan “El de Filomena”, Juan “El Pimpollo” y Diego”El de los Gómez” entre otros.
Luego, en
la plaza, se empieza a concentrar el personal y comienzan las distintas actividades:
noria, casetas, bares, música y bailes.
Por la
noche: Es la hora de los matrimonios, ocupando las mesas de los bares en la
plaza (que había que despabilar para coger una), participando en bailes y
atracciones hasta altas horas de la noche. Otros iban a la verbena junto al
cuartel y, los más jóvenes, al baile de Rafaela o paseaban.
El día
del patrón de la iglesia, san Miguel, se sacaba en procesión al santo con la
música y gran acompañamiento de fieles.
También
solía venir para la feria una compañía de teatro: cantes, chistes, juegos y
bailes. Cuando actuaban las chicas del baile, los espectadores varones se
animaban y gritaban: ¡aire!, para que las bailarinas revoloteasen las faldas.
Un año
vino una atracción nueva, las sillas locas, que fue la gran novedad de la feria.
Todos querían subirse: niños, jóvenes, hombres y mujeres; desde que empezaba a
funcionar, siempre había cola. De los que pretendían subir, había algunos cuya
constitución física no se adaptaba al asiento de la silla, pero, con algún
esfuerzo, conseguían acomodarse. El problema venía al terminar y tener que
salir de la silla, dándose casos de bastante apuro. Como esta atracción ocupa
mucho sitio en la plaza, al año siguiente se montaron las atracciones a la
entrada del pueblo.
Como al
final de septiembre casi siempre solía llover, se trasladó la feria a principios
de septiembre.
JUEGOS
En
aquella época los chicos jugaban preferentemente a las bolas, al trompo, salto
al palo y al fútbol. Las chicas a la comba y al copo.
Para el
fútbol, como no había balones, hacíamos pelotas de trapo bien atados con cuerdas,
que, por cierto, no era fácil conseguirlos, pues la ropa se aprovechaba al
máximo. Si se producía “un siete”, se zurcía; si era un roto, se le colocaba un
parche.
El campo
de fútbol estaba en la curva de la carretera y, aunque estaban las cunetas, no
importaba, se seguía dándole patadas.
COSTUMBRES
Carnaval:
La diversión se centraba en el lanzamiento de papelillos, serpentinas y baile
de la jerigonza. En la plaza se iniciaba una rueda que, poco a poco, iba creciendo
hasta llenarla toda, mientras que las chicas lucían sus llamativos coloretes.
Todas las distracciones tenían que ser a cara descubierta, pues las máscaras no
estaban permitidas.
Semana
Santa: Se desarrollaba como casi actualmente, pero el Viernes Santo destacaba
por su silencio total, no se podían hacer faenas que originasen demasiado ruido,
incluso en los bares no se dejaba de
jugar al dominó.
Feria de
ganado: Solía celebrarse en los primeros días de mayo. Familias de raza gitana
acudían con recuas de caballos, mulos y burros. En la venta de animales no
existían documentos, bastaba con un apretón de manos ante testigos.
Una de
las familias gitanas se afincó en el pueblo. El marido pelaba animales; la
mujer y una hija vendían telas por las calles y los hijos se adaptaron a las
faenas del campo.
Verbena
de san Juan: Todos los años en esa fecha se organizaban bailes en el Río en la
casa de Tomás y de Manolo “El Palmero”. A media mañana, cogíamos el camino
polvoriento de la cuesta de Galiano y, después de pasar el día entre baños y
bailes, se regresaba a altas horas de la noche.
Los
Santos: El día de los difuntos tenía una peculiaridad y era que las campanas doblaban
día y noche. El grupo de chavales que lo hacían recorrían el pueblo con una
canasta para recoger alimentos.
Mayordomas:
En aquellos tiempos, solamente había dos mayordomas para la Virgen y,
normalmente se elegía entre familiares y allegados. La celebración era bastante
austera, pues la situación económica no daba para mucho. Se hacía en sus casas
y normalmente se servía vino y aguardiente del pueblo y unos dulces hechos por
la familia y algunos que compraban en Coín.
Navidad:
La llegada
de la fiesta era muy celebrada por los más pequeños, pues se presentaba la
oportunidad de conseguir unas pesetillas pidiendo el aguinaldo, mayormente
entre familiares y vecinos.
Por esta
fiestas, solían venir de Coín vendedores de caña de azúcar que las troceaban
para la venta; también, para juegos, colocaban en la pared una caña y, quien
clavase una “perragorda ( 10 céntimos) en ella, se la llevaba.
ENSEÑANZAS
Al
principio de los cuarenta solo había en Guaro dos maestros: doña Aurora, niñas
y don Joaquín, niños. Esto era insuficiente para todos los niños de Guaro.
Mi
hermano y yo íbamos a las clases particulares con la “Mamaína”, madre de Luis
Parra y con Salvadora Gallardo.
Después,
vinieron don Mariano y una maestra, doña Manolita, esto hizo que pudiéramos
entrar en el colegio.
Don
Mariano fue un maestro muy competente y activo: lo mismo premiaba que castigaba.
Aconsejaba a los padres de que siguiéramos estudiando al término de la etapa
del colegio. Un grupo se marchó al Seminario como única posibilidad por la situación
económica del momento y, que como recordaréis, solo se ordenó sacerdote el
amigo José Carretero; otro grupo continuamos estudiando por las noches en casa
del maestro.
COMERCIOS
Había tiendas que tenían
asignadas un cupo de cartillas de racionamiento ( mi abuela, "La Ramirez”,
María “La Mondeña”, Frasquita”Alonso”), eran las oficiales. Había otras tiendas
que se le podían llamar libres, pues no tenía cupo de cartillas (mi madre,
Antonio Sala, Juan Gil y “La Montana”). En estas pequeñas tiendas se vendía
prácticamente de todo lo que se necesitaba en las casas: calzado, útiles de
costura , comestibles, verduras, chacinas, tabaco, hasta tinte para la ropa,
para el pelo todavía no se usaba. También ,se vendía todo lo que estaba
racionado, pero de contrabando.
INDUSTRIA
Guaro en aquellos tiempos
tenía cuatro molinos de aceite en donde se molía prácticamente toda la cosecha
de aceituna, pues todavía no existía el verdeo, únicamente solo se preparaban
para comer las que necesitaban cada familia. El aceite quedaba en las casas, el
suficiente para el año, el resto se vendía.
También, había una
destilería de aguardiente propiedad de Juan Vidales. La producción se destinaba
al consumo local y pueblos próximos.
La ganadería fue muy
importante para Guaro en aquellos años. Había un gran número de cabras que
aportaban leche suficiente para todo el pueblo, incluso sobraba para
hacer queso, bien fresco o duro
cubierto de aceite. La cabra también proporcionaba gran parte de la carne que
se gastaba junto con la de cerdo.
La industria artesana era
un factor importantísimo para la vida cotidiana del pueblo, aprovechando los
recursos naturales del campo se confeccionaban utensilios y enseres para el
trabajo, así:
Con sierpes de olivo y caña
se confeccionaban canastos/as.
Con palmas, cestos para la
compra, capachas para la comida del campo y soplillos.
Con esparto (crudo, cocido o majado), espuertas, esteras y serones para las bestias.
Con pita ( la más fina y
resistente), sogas para atar las cargas, cuerdas, trabas para las bestias y
alpargates, este era el calzado típico de la época, lo mismo servía para el
campo que para la ciudad; se hacía con
un entretejido de cuerdas que luego se cosía a un trozo de goma de coche.
Hablando de calzado,
también había que calzar a las bestias y para ello tenía el pueblo dos
estupendos herradores: Cristóbal Villasclaras y Manuel Sánchez, ambos herraban
caballos, mulos y burros, pero las vacas era distinto, solo las herraba Manuel,
en un tinglado que montó en la subida al Mocabel , en donde se inmovilizaba al
animal.
ASPECTOS DEL PUEBLO
Punto clave de la
evolución:
-Agua corriente.
-Saneamiento.
Fue la base para la
transformación de las viviendas que redundaría en el bienestar de las personas,
su higiene y salubridad. Me viene a la memoria cuando veía a madre llegar a
casa por la mañana temprano con un gran cántaro de agua desde la plaza; esta
tarea suponía un gran esfuerzo físico, pero lo más grave era desprenderse de
los desechos de las viviendas; en todos los entornos del pueblo había muchos
sitios en donde se arrojaban, con el consiguiente perjuicio para la salud y
malos olores.
Otra actuación muy interesante
fue la conexión por carretera de Guaro con Monda, que dejó al pueblo a escasos
minutos de la Costa, lugar de muchos puestos de trabajo para hombres y mujeres
que antes solo dependían del campo.
Todo lo demás que se ha ido
haciendo está muy bien, pues ha permitido mejorar el aspecto del pueblo y la
convivencia ciudadana; pero eso es su envoltura, su traje, que, por supuesto,
hay que seguir cuidando con la colaboración
de todos.
Con esta apreciación personal,
no trato de minusvalorar la tarea sana y desinteresada de ninguna Corporación,
sino que las cosas hay que situarlas en el tiempo y dentro de una escala de
valores.
El recuerdo más
impactante: el regreso del
campo por la tarde noche de hombres y mujeres en grupos de caballos, mulos y
burros, mezclados con piaras de cabras, montados en sus animales, mayormente
las mujeres, con aspecto de cansancio después de una jornada de sol a sol, que
era el horario habitual de trabajo de la época.
Personajes: Hubo bastantes personas que por su comportamiento y
forma de ser destacaron entre los demás (por oficios).
Barberos: Antonio Santaella
“Pancho”, era una estupenda persona, servicial y amigos de todos. Su barbería
era el refugio de los jóvenes que no teníamos edad para ir a los bares. En la
covacha de la escalera tenía una mesilla y allí aprendíamos a jugar al dominó.
Su madre, Salvadora, tenía un pequeño bar en la misma casa y allí nos tomábamos
unas copitas.
Pregonero y sacristán:
Antonio”El Ciego” (muy inteligente). Reconocía a todo el que le hablaba y se conocía todos los rincones
del pueblo y los puntos clave donde
tenía que echar el pregón. Transmitía todos los comunicados del Ayuntamiento o
cualquier acontecimiento. Tuvo la suerte de ser admitido en la ONCE y se marchó
a Málaga.
La labor de la sacristía la
llevaba muy bien, ayudado por un monaguillo.
En los pregones fue
relevado por Pepe”Fuelle”, quien, por el defecto que tenía en el habla, no
podía hacerlo igual.
MÚSICOS
Los primeros años de los
cuarenta tocaba el acordeón Juan Lara y le acompañaba Pepe “Fuelle” con el
triángulo. Las actuaciones solína ser en los bares de la casa de Rafaela.
Después vino José Valderrama con un acordeón-
piano, formando orquesta con Andrés “El Cigarrón”, al bombo y platillos.
Por último, Pepe
“Bocanegra”, que animó fiestas durante muchos años.
VIDA SOCIAL
Guaro era un pueblo eminentemente
agrícola y todas sus necesidades, casi al 90% eran cubiertas con productos del
campo:
-Árboles frutales: olivo, almendro,
higuera y naranjo.
- Siembra de la tierra.
SIEMBRA: En otoño se
siembran productos para atender a personas y ganados.
Para personas: Trigo, habas gordas y
garbanzos blancos.
Para ganado: Cebada, garbanzo negro,
habas cochineras, altramuces y arvejas.
La siembra se realizaba con yunta de
mulos y vacas y donde no se podía, el hombre con el azadón.
ESCARDA: Solía
hacerse en los meses de febrero y marzo.
A finales de abril y primeros de mayo se
realizaba la siembra del regadío con los tipos de verduras y hortalizas
necesarias para el consumo familiar. Como llovía tanto, todos los arroyos, el
río y muchas cañadas tenían agua todo el verano, por lo que prácticamente todas
las familias disponían de algo de riego.
RECOLECCIÓN
Muchas familias se trasladan al campo y
viven en casas y chozas en condiciones muy precarias, sin luz, sin agua y ,en bastantes casos, no disponían ni de
camas para dormir. Allí tenían su grupito de gallinas para abastecerse de
huevos y muchos campesinos cebaban uno o dos cerdos para tener carne y tocino
en invierno o bien venderlos para obtener un dinerito.
Al inicio del verano, se inicia la
recogida de la siembra: arrancando garbanzos, yeros, altramuces y siguiendo con
la siega de habas, cebada y trigo.
En junio, se produce la marcha de los
segadores, conformada por los hombres más jóvenes, quedando las tareas del
campo para los mayores, mujeres y los más pequeños. La zona habitual de la
siega era después de Tarifa, en los municipios de: Facinas, Tahivilla, Zahara
de los Atunes y Vejer de la Frontera.
Julio era el mes de la trilla. En todo
el campo de Guaro había muchísimas eras, en donde con mulos, mayormente,
tirando de una tabla o rulo, se va triturando toda la mies, para, después de
ventada, llevar el grano y la paja al pueblo.
Con la llegada de agosto y septiembre,
se presenta la gran tarea de recoger las
almendras y los higos, en lo que participa toda la familia. Es un trabajo
bastante durillo. Las almendras con el vareo, recogida y descapote; los higos
con su recogida, traslado al pasero y la retirada cuando se han secado. Al
finalizar la recolección, las familias
comienzan a regresar al pueblo.
Ya están las almendras y los higos en
Guaro, ahora hay que prepararlos para la venta y el consumo y entonces
comienzan su labor las
PARTIDORAS
Eran mujeres jóvenes que se dedicaban a
partir las almendras, sentadas en el suelo, con la espalda apoyada en la pared.
Se ponían un saco en capucha sobre las piernas, en donde se depositaba la
medida establecida: una cuartilla. Las almendras, una vez partidas, había que limpiarlas y, para esta
tarea, solían recibir ayuda de la madre o hermanos.
PREPARACIÓN
DE LOS HIGOS
Una buena parte se envasaba en seretes
de palma para pasarlos por la prensa, y, otra parte, se empleaba para hacer pan
de higos, estos podían ser molidos o enteros. El pan de higos era un recurso
estupendo como alimento para las familias por la situación que se vivía.
COMIDAS
En aquellos tiempos, todo lo que se
hacía, venía condicionado por los medios de que se disponía, así para el
Desayuno: Se empleaba malta (cebada tostada ) con achicoria, que se metía
en un colador de tela dentro de la cafetera, que, por cierto, se volvía a
utilizar varias veces.
Almuerzo: En invierno, la sopa hervida;
en verano, la sopa por encima y el gazpacho fresco.
Cena: Algún tipo de cocido o puchero y
algo de refrito y chacina.
Pan: solía hacerse de trigo (algo
escaso), de cebada y de maíz, a este se le llamaba “pan de huevo”.
Llegamos a los últimos meses del año,
noviembre y diciembre, en que aparecen los ACEITUNEROS: Eran grupos de
hombres y mujeres del pueblo que se organizaban para ir a coger aceitunas,
habitualmente a los grandes olivares que hay entre Antequera y Osuna. A estos
se llamaban cuadrillas y estaban compuestos, normalmente, por miembros de la
misma familia, aunque, en ocasiones, se unían a otra. La labor de la
organización de estas personas recaía en unos hombres llamados manigeros, que
eran los encargados de contactar con los dueños de las fincas y la marcha del
trabajo.
COLADA
Debajo del Ayuntamient,o había un
lavadero adonde acudían las mujeres; pero, también, se trasladaban con bestias
o andando al arroyo Monda, Seco y Hondo. Allí pasaban todo el día, regresando
con la ropa seca. En invierno, cuando el tiempo era bueno, solían ir a los
puentes del arroyito Iñana o al de arroyo Guaro.
El jabón que usaban se hacía en casa con
asientos de aceite, cáustica y matagallos cocidos.
FUTURO
Os he hablado del pasado y un poco del
presente, pero me gustaría deciros algo del futuro. Para ello solo disponemos
de ideas, pensamientos y vivencias de personas que nos han precedido. Yo he
elegido a un gran poeta andaluz, Antonio Machado, y a un maravilloso filósofo y
emperador romano, Marco Aurelio.
Machado, en una de sus innumerables
poesías, tiene dos maravillosos versos,
que dicen:
“Caminante no hay camino
Se hace camino al andar…”
De esto, los hombres del campo saben
que, cuando se pasa varias veces por un mismo sitio, queda marcado un camino; pero
el poeta no se refiere a este tipo de camino, sino al que vamos trazando día a
día con nuestro buen hacer y en las acciones solidarias con los demás y que ha
de servir de guía a los que nos siguen.
El filósofo tiene un compendio grandísimo
de pensamientos y, entre ellos, tiene este:
“ No perdáis el tiempo en averiguar lo que piensan,
dicen y hacen los demás, emplearlos en hacer cosas buenas para la Comunidad”.
Si todos unimos nuestro camino particular
y este gran pensamiento, podemos conseguir una estupenda convivencia que beneficiaría
a este querido Guaro.
Bueno, y ahora ha llegado el momento de la
despedida.
En la Legión tenemos la costumbre de, al finalizar un acto social, brindar con una copa
de leche de pantera, pero nosotros vamos a sustituir esta copita por el entusiasmo
y cariño a nuestro pueblo, y por eso os pido, que puestos en pie, gritéis conmigo:
¡VIVA GUARO! ¡VIVA SU BONITA FERIA!
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